miércoles, 10 de septiembre de 2014
Inversamente a la Teología, Filosofía y a las ciencias ortodoxas que versan e importan sobre las causas, la magia, para autoformularse y autodefinirse, se define como la manifestación de la supuesta veracidad maravillante de algunos efectos que no requiere averiguar sus causas. Conocer las causas o que el efecto no sea maravilloso extingue la magia y el pensamiento mágico migra a otros tipos de pensamiento, (de los supuestos «efectos mágicos» se deriva lametonimia histórica con la medicina y la farmacología).A través de la aceptación de la existencia de la magia, se acepta implícitamente a ésta como la causa abstracta o seudoabstracta del efecto mágico, como un principio o verdad primaria a partir del cual se desarrolla toda la parafernalia seudológica. Desde tiempos muy remotos, se aspira a develar, a conocer y a usar lo que presumiblemente estaría oculto a los sentidos (Cognición), oculto a la percepción sensorial clásica, a la lógica, a la razón y al criterio. Estos son, como mínimo, los tres elementos esenciales a la magia genérica:
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